Con la maestría de Davidoff

Davidoff vuelve a obsequiarnos con una nueva obra de arte, Davidoff Dominicana, que está presente en el mercado español con tres formatos: un Short Robusto (102 mm y cepo 50), un Robusto (130 mm y cepo 52) y un Toro (152 mm y cepo 54). La nueva línea se integra en lo que se conocen como las Anillas Blancas de la compañía, junto a los Signature, los Aniversario, los Millennium y los Grand Cru, si bien en esta nueva línea vamos a encontrar una fumada más intensa.
El gran logro de los Davidoff Dominicana lo vamos a encontrar en su liga, que combina cinco tabacos de la cosecha de 2014 de diferentes regiones, semillas y pisos foliares de Dominicana con un capote de Ecuador y con la peculiaridad de que cada hoja de estos tabacos ha recibido un añejamiento extra, además de una guarda especial de un año una vez torcidos, por lo que se les cataloga como “vintage”.
Con estos mimbres sólo quedaba realizar un excelente trabajo en su elaboración, algo que para Davidoff es norma. Y a fe que lo han conseguido una vez más. En el caso de este Davidoff Dominicana Robusto, su apariencia es tremenda, acabado en pigtail, con una excelente presencia y esa elegancia característica que le aportan las anillas blancas de la línea. Concretamente son tres anillas: la habitual de Davidoff en blanco y oro, la blanca de la línea que indica el nombre de Dominicana y una tercera, en el pie, en oro y con un 2014 impreso en blanco que identifica la cosecha de los tabacos. Además, las anillas contrastan de forma magistral con la capa colorado maduro de dominicana (semilla híbrida 257), brillante y tersa, casi sin venas.
Ya en la mano vamos a poder apreciar la buena cantidad de tabaco que porta en su interior, lo que le confiere un tacto firme, compacto y sin baches. Excelente construcción. En nariz nos va a ofrecer una variada gama de aromas, empezando por las que denominamos de establo, que van desde las notas amaderadas a las de cuero, pasando por las de almizcle, tierra y heno seco, mientras que en boca, antes de encender, podemos notar que es un cigarro fresco, vegetal, especiado y dulce, con clara presencia de sabores amaderados, de cuero y nueces.
La fumada, que se va a prolongar en torno a hora, va ser de una intensidad medio-fuerte que va a ir creciendo, con un tiro magnífico y una combustión perfecta, muy pareja y homogénea hasta el final, con bocanadas amplias de un humo muy aromático, denso y abundante.
En definitiva, una nueva obra maestra de Davidoff, un cigarro muy bien balanceado y redondeado, muy rico, sin aristas en la boca y que en esta ocasión hemos tenido la oportunidad de maridar, por armonía, con el ron Matusalem Gran Reserva 23 Años. Un ron nacido en Cuba en 1872, pero que tras la revolución cubana renació en República Dominicana, donde se exilió la marca, como hicieron otros muchos tabaqueros de renombre.

